El usufructo es una de las figuras más frecuentes en las herencias y suele generar muchas dudas. Se trata de un derecho real regulado en el Código Civil que permite a una persona, llamada usufructuario, usar y disfrutar de un bien que pertenece a otra persona, el nudo propietario.
En el ámbito sucesorio, el usufructo aparece habitualmente cuando fallece uno de los cónyuges. El viudo o viuda no hereda directamente la plena propiedad de todos los bienes, pero sí obtiene el derecho a utilizarlos o a percibir sus rendimientos durante toda su vida. Esto significa que puede vivir en la vivienda heredada o alquilarla y quedarse con la renta, aunque no pueda venderla porque la propiedad corresponde a los hijos u otros herederos.
El Código Civil establece distintos derechos de usufructo para el cónyuge superviviente según los herederos con los que concurra. Si hay hijos, corresponde el usufructo del tercio de mejora. Si hereda junto a padres o ascendientes del fallecido, tiene derecho al usufructo de la mitad de la herencia. Y si no existen descendientes ni ascendientes, el viudo o viuda recibe el usufructo de dos tercios de la herencia. En comunidades con derecho civil propio, como Cataluña, Navarra o Galicia, estas reglas pueden variar.
El valor económico del usufructo es importante porque afecta tanto al reparto de la herencia como a la liquidación del Impuesto de Sucesiones. Según la Ley del Impuesto sobre Sucesiones, el usufructo vitalicio se calcula restando la edad del usufructuario a 89. El resultado es el porcentaje del valor del bien que corresponde al usufructo, con un mínimo del 10% y un máximo del 70%. Si el usufructo es temporal, se valora aplicando un 2% anual sobre el valor del bien, también con el límite del 70%.
Por ejemplo, si un viudo de 65 años hereda el usufructo de una vivienda, el cálculo sería 89 – 65 = 24. Esto significa que el usufructo tiene un valor del 24% sobre el inmueble, mientras que los hijos recibirían la nuda propiedad, que se convertirá en plena propiedad cuando fallezca el usufructuario.
En definitiva, el usufructo es un mecanismo legal que protege al cónyuge viudo y le garantiza el uso de los bienes heredados, pero también puede generar tensiones con los demás herederos. Conocer cómo funciona y cómo se calcula ayuda a evitar conflictos y a planificar mejor una herencia. En cualquier caso, lo más recomendable es contar con la orientación de un notario o abogado especializado en sucesiones.








